miércoles, 16 de abril de 2008
Enrique Metinides el fotografo de la muerte
Las víctimas de accidentes de tránsito, los electrocutados, los ahogados y los suicidas son los protagonistas de las impactantes imágenes con las que fotógrafo mexicano Enrique Metinides debuta en Nueva York.
La galería Anton Kern expone hasta mediados de este mes unas 35 instantáneas de este reportero gráfico de 72 años, actualmente retirado pero recordado en el medio por su trabajo para las crónicas sensacionalistas de los populares tabloides mexicanos.
Las mordaces imágenes a color y en blanco y negro reunidas en esta exposición recorren cincuenta años de la carrera de Metinides, quien entre 1940 y 1993 trabajó para los diarios mexicanos “La Prensa” y “Crimen”.
La exposición significa un importante salto para Metinides, que lo ha llevado desde las páginas de la “noticia sensacionalista”, o las reseñas de desastres y tragedias de la prensa mexicana, a las prístinas paredes de una galería neoyorquina.
Metinides debutó en Estados Unidos este año con una individual en la galería Blum & Poe de Los Angeles, y ha expuesto desde 2002 en importantes museos de Europa, incluida la Casa de América, en Madrid, con motivo de la muestra “Photo España”.
El mundo del arte le ha acogido por la belleza formal y la humanidad que emanan de las escenas más crudas y brutales de la vida diaria, y admira el nervio que tiene para lograr un encuadre artístico cuando de lo que se trata es de sangre y lágrimas.
Metinides perdió el miedo a la fatalidad a la precoz edad de 11 años, cuando vio un cadáver decapitado en una comisaría de México.
Desde entonces, desarrolló estómago para fotografiar, con una estética similar a la de las películas detectivescas, las más grotescas catástrofes, desde suicidios y asesinatos hasta robos a mano armada, devastadores incendios, ahorcamientos y ahogamientos.
La meticulosa composición de estas escenas -un ave rara en el periodismo gráfico y lograda por Metinides aún bajo la presión del tiempo y las condiciones más extremas- enfatiza tanto el infortunio de las víctimas como la condición de voyeur de los espectadores.
Algunas de sus fotografías más célebres, como el primer plano de una rubia arrollada e impactada contra un poste de luz en la avenida Chapultepec de la ciudad de México, en 1979, tienen una calidad fílmica propia más del montaje que del registro de hechos reales.
En una de esas escenas, una mujer llora desconsolada junto al cadáver de su novio minutos después de haber sido acuchillado en el parque de Chapultepec por resistirse al robo. Otra fotografía muestra el cadáver carbonizado de Jesús Bazaldua Barber, un empleado de Teléfonos de México electrocutado mientras instalaba una nueva línea telefónica en el kilómetro 13 de la carretera México-Toluca, en 1958.
Para fotografiar estos desastres poco después de que han ocurrido, Metinides se entrenó en primeros auxilios y se ha embarcado en ambulancias y patrullas policiales rumbo a su destino, el fatídico destino de sujetos a los que nunca les pidió posar.
Pero su cercanía a la tragedia no ha sido solo en calidad de “paparazzi”, ya que en más de una ocasión le ha tocado decidir entre ayudar a las víctimas o permanecer en condición de espectador.
Ahora retirado de la profesión, Metinides sigue minuto a minuto las informaciones de los telediarios y se dedica a catalogar un extenso archivo de material audiovisual sobre accidentes desde su departamento en la ciudad de México.
Para ver algunas fotografías de Enrique Metinides puede ir por acá: http://www.antonkerngallery.com/index.php
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario